Una de estas frías madrugada del trópico al inicial mi rutina literaria empezando con la lectura de la palabra de Dios, luego leer los Email recibidos de mis hermanos y hermanas de este mundo ya que también somos hijos del padre todo poderoso.
Fernando Gonzáles un caro amigo que emigro de esta tierra en contra de su voluntad es quien impide ser bautizado como el coronel de la famosa novela de García Márquez. Fernando me escribe todos los días, me pone al corriente de todos los temas sociales económicos y religiosos ya que es ahora un activo miembro de una iglesia cristiana en la ciudad de Miami.
Me llamo la atención de una fabula de un pescador y el titulo es el que he usado en el cabezal de este blog.
La felicidad es un trayecto no un destino y comparto ese criterio ya que he discutido varias veces defendiendo mi teoría de que la felicidad es un estado que se disfruta con intensidad y sintonía con alguien dispuesto y conspirando para hacer reciproco ese sentimiento.
Olvidando lo que paso y sin pronosticar el futuro de cualquier relación que condenamos a salvamos sin juicio previo con los testigos implacables “la duda, los presentimientos y el egoísmo”
La soledad estado que se adquiere por varios motivos que en la mayoria de los casos es en contra de nuestra voluntad ya que es una de las dos cara de la moneda que se juega cuando tu crees que están jugando con tus sentimiento.
Verificamos varias veces la moneda para ver si se repite el símbolo en las dos caras porque es la que siempre gana cuando lanzamos al azar y al aire el destino de una relación
Voy mas lejos la soledad es el taller donde recomponemos nuestro vehiculo emocional después de haber colisionado con la realidad, donde la razón se impuso ante la falsa visión que la magia del juguete nuevo no te dejo ver.
En el trayecto que me ha tocado vivir al sacar balance aun creo tener un súper habit ya que no cuestiono porque pasan las cosas sino para que pasan y como me he decidido a aceptar las cosas que me llegan antes de esperar lo quizás no me he ganado honradamente.
Perseverar sin desmayar es la clave para sobrevivir de las adversidades repentinas que sin dudas te llegaran y que trataran de borrar tu sonrisa lo que con alevosías tramaron robarte la calma,
Esos mismo que hoy te brindan un pañuelo no para secar tus lagrimas sino con la fina intención de retener como una represa tu llanto para que no salgan de tus ojos el dolor liquido que debe correr por la mejillas hasta tus pies como mecanismo de purificación.
viernes, 26 de diciembre de 2008
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