La cita original es “de la abundancia del corazón habla mi boca” esta frase que repetían mis entrañables amigos y compañeros de labor Luis Ramírez y el orfelo Salvador Gómez Sena en los largos kilómetros que recorríamos juntos por toda esta media isla.
Cuando por alguna razón decía algo contrario a mis postulados Luis me recordaba esta frase y se hizo común entre nosotros esta muletilla que nos recordaba la dicotomía que existe entre lo que decimos y lo que hacemos.
Como era el mas inquieto de este trío de mosquetero que cabalgamos todos los pueblos donde nos llevaba la brújula y luego la tecnología nos brindo un localizador satelital (GPS) que Luis presumía dominar todo su funcionamiento y versatilidad.
Los temas y conversaciones que tratamos en los recorridos surgían de manera espontánea o inducido por los debates que escuchamos en aquel famoso programa que nos gobierna cada mañana con su pincelada de objetividad a media o la pasión desbordada por uno de los comentaristas que era patrocinado por algún partido según el color del billete que recibían.
Después del almuerzo llegaba la pereza que da el exceso de la ingesta de alimentos que generalmente eran marisco donde había playa ya que Luis tenía como cabala no ingerir peces y mariscos en los pueblos donde no tenían el mar visible.
Afloraban los temas personales donde yo era el más cuestionado por tener en mi haber varias experiencias fallidas donde tenía que defenderme por la lucha desigual ya que eran dos contra uno.
Luis un hombre honorable de una educación basada en principio y valores, avezado conocedor de la palabra de Dios y padre ejemplar y un esposo responsable en todo el sentido de la palabra.
Salvador Gómez Sena la honestidad hecha hombre, ejemplo de perseverancia luchador incansable excelente padre y buen esposo.
Con las condiciones excepcionales de esto dos caballeros no me quedaba mas que aprender y comprender de la experiencia de estos señores, que sin proponérselo cambiaron mi forma de pensar y mi modo de ver la vida, se lo agradezco de todo corazón.
Hoy en día he visto hecha realidad de esas sabias profecía que me pronosticaron y gracias a sus sabios consejo he podido superarla, puedo reconocer lo equivocado que estaba con mi modo de ver el mundo.
Las cosas que en verdad sentía muchas veces por no claudicar con mi rebeldía al final afloraron como el colcho y por eso hoy puedo decir que no solo
“DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZON HABLA MI BOCA ,TAMBIEN MIS ACCCIONES “
jueves, 27 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario